Pocas personas como Ana son tan emocionales y dulces, pocos novios como Alfonso son tan simpáticos y socarrones. ¡Que gusto da trabajar para gente como ellos! ¡Gracias! La fotografía de bodas tiene esos premios. Eres testigo de uno de los días más maravillosos en la vida de dos personas, y a veces es tal el chorro de emociones que ves que no puedes evitar que se te haga un nudo en la garganta. Entonces recuerdas que con la cámara estas haciendo algo muy importante. Con las fotos se crea el soporte del futuro recuerdo, lo que les va a permitir revivir ese día, lo que van a compartir cientos de veces en la vida con amigos y con familia, incluso con personas que aún estan por llegar... Cada vez me gusta más este trabajo.